“Positano te marca. Es un lugar de ensueño que no parece real mientras se está allí, pero que se hace real en la nostalgia cuando te has ido”. Son palabras del premio Nobel John Steibeck describiendo a este pueblo marítimo de
Las casas se amontonan como si todas quisieran ver el mar, creando un simpático paisaje lleno de emoción, una punta de melancolía y mucha frescura. Las estrechísimas callejuelas, a menudo con empinadas escaleras, suben y bajan entre balcones llenos de buganvillas desde los cuales se puede contemplar la hermosa bahía, salpicada por tres islas que marcan el archipiélago “Li Galli”, llamado también “Sirenusse” por la leyenda local que dice que en ellas viven sirenas.
En este rincón de Mediterraneo se puede nadar, cenar en una cueva, visitar islas, perderse por las callejuelas hasta encontrar coquetos restaurantes escondidos, tomar un típico limoncello, contemplar esas graciosas casas agolpadas que antiguamente eran de humildes pescadores y hoy esconden auténticos hoteles de lujo, curiosear en las numerosas tiendas de artesanía (las sandalias de Positano son un “must”) y admirar edificios históricos (Positano ha sido testigo de las culturas griega, etrusca, española, musulmana y francesa).
Situado entre Sorrento y Salerno, (muy cerca de Nápoles), Positano es una de las mecas de
RCe.
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