martes, 30 de diciembre de 2008

Crack de 2008, El año que nunca quisimos vivir.. ( III PARTE)


Los más afectados

El precario bolsillo del consumidor preocupa mucho al Gobierno, la rebaja del IPC hasta el 2,4%, su nivel más bajo en 15 meses, es una buena noticia, después de que este índice alcanzase el julio el 5,3%. Sin embargo en cuestión de empleo las cosas pintaban mal y había que tomarse muy en serio los ERE que en España han envidado a miles de personas a engrosar las listas del paro. El sector de la construcción y el del automóvil, que está a punto de declararse en bancarrota, eran los más perjudicados por el descalabro económico mundial. En España empleos y fábricas también corren peligro. Desde 2000 la industria automovilística española ha destruido 17.000 puestos de trabajo.
Aunque a los más ricos y poderosos parece no haberle afectado la recesión, algunos de los grandes del ladrillo están pasando por serias dificultades. Su ambición y la bonanza del ciclo inmobiliario les convirtió en poco tiempo en empresarios tremendamente ricos que encarnaban a la perfección el sueño americano de haberse hecho ricos partiendo de la nada. Pero las tornas han cambiado. Martinsa-Fadesa, Habitat o Tremón son sólo algunos ejemplos de inmobiliarias que han ido a la quiebra, en muchos casos dejando desamparado al comprador, que se queda si casa y sin dinero.

Mercados Financieros

Los mercados también han salido perjudicados de esta crisis. En España el Ibex no alcanzó los 17.000 puntos que auguraban algunos analistas. La mayoría de productos de inversión han sufrido uno de sus peores años ante el fuerte recrudecimiento de la crisis subprime. La virulencia de las ventas hirió de lleno a los valores más capitalizados de la bolsa española, que en los dos últimos años han llegado a sufrir pérdidas superiores al 50%. Pero las pérdidas de las inmobiliarias no han sido los únicas, otras sector que ha atravesado una situación complicada en los mercados ha sido el de los medios de comunicación, que tampoco atraviesan su mejor momento fuera de ellos. Ni siquiera los valores hasta ahora seguros, como los fondos inmobiliarios de marcado carácter conservador, se han librado. Sin embargo, la apuesta de inversión en este 2008 han sido las materias primas, aunque este sector también ha pagado todas las incertidumbres que sobrevuelan un negocio que es todo futuro.

Ante esta coyuntura económica, el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea, el G-20 y los gobiernos nacionales han tenido que echar un cable para rescatar a bancos, automotrices y estados. España no se quedó atrás en esas ayudas, y Zapatero quiso beneficiar, sobre todo, a quienes peor lo están pasando. Desde luego esas ayudas a la banca tampoco se hicieron esperar. Pero las entidades financieras buscaron sus recursos, como subir comisiones, titulaciones o macroampliaciones, como la del Santander, que atribuyó la operación a la “mayor autoexigencia de solvencia” en el actual y difícil entorno económico.
El euro alcanzaba su máximo de 1,60 dólares en el mes de abril, mientras que en el último trimestre rozaba los 1,25. Nos bailó una buena lambada.. La depreciación del precio del dinero en EE UU ayudaba a la recuperación de la divisa europea frente a la norteamericana y en los últimos días del año se situaba en torno a los 1,40 dólares. En España el principal índice bursátil ha vivido su peor momento desde que se creó. La fuerza de las ventas ha dado de lleno en los valores más capitalizados de la bolsa española, que arrojan pérdidas entre el 88% y el 24% desde los máximos alcanzados hace dos años. El petróleo ha vivido un 2008 sumido en una montaña rusa. Ha marcado cotas por encima de los 140 dólares de máximo y en el tramo final de estos doce meses ha estado próximo a los 40 dólares el barril.

En fin... un maravilloso año para olvidar en lo económico, con cientos de sobresaltos, escándalos, quiebras, fuertes caídas, volatilidades y con el cartel de "estamos en recesión" colgado en la mayoría de países
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Ahora llega el 2009. "Después de la tormenta, llega la calma", cita el refrán. Lo que está claro es que es momento de oportunidades. Sentarse, mirar y pensar pueden ser una gran solución después de años de euforia descontrolada. Es momento de "seleccionar"...en todos los campos.

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